Hola, mi nombre es Chitrika de Mel, soy de Sri Lanka y soy una sobreviviente de cáncer de mama.
Comparto mi historia para apoyar a otras personas que han sido diagnosticadas con ENT y para aportar a través de la incidencia.
1 Junio 2022
Mi camino
Mi camino por la atención médica comenzó en 2016 cuando sentí un bulto inusual en mi seno izquierdo. Mi médico de familia me remitió a un cirujano privado que podía verme ese día, a diferencia de los cirujanos del hospital estatal. El cirujano ordenó una biopsia con aguja fina, que confirmó que era cáncer. Fue con este cirujano que me sometí a una mastectomía, antes de la cual me explicó sobre los cuidados postoperatorios y mi plan de tratamiento. También me remitió a un oncólogo. Todo esto ocurrió en el sector privado de la salud, que elegí para evitar la larga espera en el sistema de salud pública. El sistema privado era una opción asequible para mí, y sentí que elegir esta ruta le daría a alguien más una mejor oportunidad en el sistema público. Mi cirujano fue excelente y no tuve problemas para sanar.
Después de la cirugía, conocimos al oncólogo, también privado, quien explicó mi tratamiento posterior a la cirugía y se tomó el tiempo para asegurarme que mi tratamiento sería exitoso. El oncólogo también le aseguró a mi esposo que estaba en buenas manos y lo guió sobre cómo apoyarme. Esto era necesario ya que teníamos una familia joven y necesitábamos preparar a los niños sobre cómo transitar todo esto juntos. Fue un viaje difícil con ocho ciclos de quimioterapia, siendo los mayores desafíos la pérdida de cabello y enfrentarme al mundo exterior. A lo largo de mi quimioterapia seguida de radiación, mi familia me aseguró que todo volvería a la normalidad.
Durante los siguientes diez años, mis chequeos, exploraciones y los estudios de sangre fueron tediosos de realizar, pero los hice a todos, al principio mensualmente, luego cada tres meses, seis meses y finalmente anualmente. Aunque vi a un oncólogo privado, recibí mi tratamiento en el Hospital Nacional del Cáncer, ya que este era el mejor lugar para acceder a los medicamentos correctos. Esto estuvo difícil ya que había muchas personas pacientes esperando su turno, pero a la vez, me permitió experimentar esta dura realidad.
Si no fuera por el apoyo de mi familia, mis médicos y el personal médico que estuvo muy atento a mis necesidades, no habría podido transitar este camino. Y ahora, como voluntaria en una organización que se ocupa de pacientes con cáncer, puedo apoyar a las y los pacientes que vienen de todas partes con una palabra amable y una sonrisa y asegurarles que si seguimos los consejos médicos, podemos superarlo todo.
Diarios de las ENT
Levantando la voz por una causa.
Chitrika De Mel, experiencia de vida con cáncer, Sri Lanka
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