Soy una persona con bastante experiencia personal con las ENT, soy cuidadora, y profesional de la salud. Mis padres murieron de diabetes (mi padre murió de diabetes con complicaciones renales y mi madre murió de sobredosis de insulina mientras trataba de manejar su diabetes). Los cuidé mientras crecía.

Recibí capacitación profesional como estudiante de enfermería y adquirí conocimientos generales sobre los factores de riesgo de estas enfermedades y que la historia de mi familia me ponía en un alto riesgo para la diabetes, hipertensión y otras condiciones. Sin embargo, las decisiones alrededor de mi salud estaban limitadas por el poco acceso a ambientes que promovieran la salud, por ejemplo: no había actividad física en los colegios y los gimnasios privados eran muy caros. Las opciones más fácilmente disponibles eran comida chatarra y bebidas a base de azúcares. También hay una falta de programas de prevención contra las ENT y de servicios para diagnósticos en el país.

Esto me condujo al fatídico día en el que mientras estaba en un turno de 36 camas en la unidad de pediatría, me colapsé y me llevaron a la unidad de emergencias para resucitación. Entonces, me diagnosticaron diabetes mellitus a los 35 años de edad.

Necesitaba más información y comprensión sobre el tema, así que empecé a hablar con colegas, compañeros y personas que vivían con diabetes, cuidadores y profesionales de la salud, nutriólogos, dietistas, expertos y activistas que buscaban lograr una prioridad en las estrategias de prevención para aquellas personas en riesgo de vivir con ENT. De mi experiencia, he aprendido que el diagnóstico oportuno es un gran desafío y que éste es el caso de muchas otras personas. Con respecto a esto, los estudios para identificar las ENT son un paso muy importante ya que nos ayuda al diagnóstico temprano. Esto permite la prevención de las ENT así como una gestión más rápida y eficaz de la atención de las ENT para mejorar los resultados de la enfermedad, y de esta forma prevenir la aparición de otras ENT o complicaciones asociadas.

Prevenir es mejor que curar, es más barato, más fácil de manejar y se reducen los costos. Con las medidas preventivas adecuadas en marcha en todos los niveles del sistema de salud, tendremos una sociedad más sana. La prevención de las ENT deberían ser prioridad para todos los sectores: el gobierno, políticos, profesionales de la salud, organizaciones de la sociedad civil, e individuos bien intencionados: todos debemos contribuir. La inversión en la prevención de las ENT puede reducir la mortalidad, mejorar la productividad e impulsar a la economía.

La concientización sobre las ENT es una estrategia de prevención efectiva, pero está sumamente descuidada a nivel de base debido a la falta de infraestructura y recursos.

Al menos, hubiera tenido alguna oportunidad de evitar la diabetes y otra ENT si existieran suficientes programas de prevención de enfermedades a nivel nacional, estatal y local en el país.

Como alguien con experiencia, cuidadora y proveedora de atención médica, mi comunidad son mis pares que viven con una o más ENT. Todos ellos enfrentan desafíos similares al mío, manejando mis condiciones de salud, la pobreza, el diagnóstico a tiempo, la falta o el escaso acceso a servicios de salud, al déficit de conocimientos etc.

El señor R.T fue diagnosticado con diabetes mellitus e hipertensión años antes de que sufriera su primer derrame cerebral en 2016 cuando regresaba de la iglesia y fue trasladado de urgencia al departamento de urgencias. Recibió servicio de emergencia y se recuperó sin discapacidad notable. Como su enfermera de cabecera y activista de las ENT, compartí información con R.T y sus familiares sobre los factores de riesgo de las ENT y sobre la importancia de la prevención secundaria.

Desafortunadamente, R.T tuvo un segundo derrame cerebral debido a la falta de recursos ya que ya no podía suscribirse a los servicios de la clínica de bienestar, no tenía fondos para comprar medicamentos (como jubilado, su nombre fue eliminado del plan de seguro médico), y comenzó a caer en el alcoholismo, sedentarismo y en dietas no saludables. La prevención secundaria tiene sus raíces profundas en la respuesta del sistema de salud, aunque R. T tenía acceso a la información correcta, no podía mantener un estilo de vida preventivo debido al apoyo limitado disponible de los centros de salud públicos. Ahora, R.T recibe apoyo de la comunidad de ENT en su localidad, que le proveen de medicamentos, alimentos, artículos de higiene, etc.

Tiene que haber programas de prevención de enfermedades y gestión de riesgos de ENT para reducir la carga, para que esto suceda, “todas las manos deben estar en la masa”. Establecer programas de prevención de enfermedades debe ser una responsabilidad conjunta del gobierno, tomadores de decisiones, las organizaciones de la sociedad civil, las comunidades y las personas que viven con ENT.

La inversión en la prevención de ENT y el establecimiento de grupos de apoyo de ENT deben financiarse para la accesibilidad, la asequibilidad, la sostenibilidad y la prestación eficaz de servicios. La detección temprana de los factores de riesgo de la enfermedad puede hacerse posible mediante el cribado. En el caso del señor R.T se habría beneficiado de una evaluación de riesgo elevado, ya que haber tenido el primer accidente cerebrovascular aumentó su riesgo de desarrollar el segundo. El tamizaje que tiene como objetivo la detección temprana y el seguimiento del tratamiento es necesario para la prevención de las ENT. Como dice el refrán “más vale prevenir que curar."

Como una toque de trompeta, los exámenes de salud regulares dirigidos a la detección temprana, el manejo y el seguimiento salvan millones de vidas.

Vivir con ENT es muy debilitante, de ahí la necesidad de prevenirlas. La exposición a los factores de riesgo, la falta de conciencia pública, de educación sanitaria y la falta de recursos están contribuyendo al desarrollo de las ENT. Estos factores son determinantes sociales o comerciales de la salud. La información/educación sanitaria sobre la prevención y el manejo de los factores de riesgo de las ENT contribuirá en gran medida a reducir, controlar y gestionar estas enfermedades. Esta información tan necesaria no está fácilmente disponible y cuando lo está, no es adecuada debido a la falta de recurso humano adecuado, la sobrecarga de trabajo, la falta de experiencia, la falta de voluntad política y las políticas que no se traducen en programas efectivos. La proximidad de los servicios es otra gran barrera. Los programas de prevención y detección de enfermedades deben estar cerca de quienes usan el servicio, para facilitar el acceso y deben ser asequibles teniendo en cuenta el nivel de pobreza.

Las comisiones de salud del Senado son las que custodian los asuntos de salud en el país. Son responsables de las políticas y leyes nacionales de salud. Las y los planificadores de salud, implementadores y proveedores de servicios de la salud deben revisar las políticas de salud, la planificación, la implementación y la prestación de servicios de prevención, control, gestión y atención de los factores de riesgo de las ENT de tal manera que estén disponibles, accesibles y asequibles a nivel de base y en todos los niveles de asistencia sanitaria (primaria, secundaria y terciaria). Una cosa es dar servicios y otra que se utilicen. El público en general debe estar listo para hacer uso de estos programas y servicios, lo que requerirá un alcance comunitario dirigido por quienes viven en condiciones similares y apoyado por las y los tomadores de decisiones locales.

Hago un llamado al comité de salud del Senado para que entre en acción:

1. Elaborando políticas de prevención de enfermedades que puedan concretarse en programas eficaces.
2. Controlando y regulando la venta y publicidad de alimentos y bebidas no saludables.
3. Con pruebas de tamizaje para cubrir todos los niveles de atención de la salud (niveles primario, secundario y terciario). Las y los planificadores de políticas, implementadores y proveedores de atención médica desarrollarán capacidades través de la capacitación de profesionales de la salud para adoptar un enfoque de atención continua.