Mi nombre es Diana Gittens y soy de Guyana. En 2011, me diagnosticaron cáncer de cuello uterino en etapa 3B.
Actualmente coordino la iniciativa de recaudación de fondos y concientización sobre el cáncer más importante de Guyana junto con Guyana Telephone and Telegraph Company, también estoy involucrado con la Coalición Caribe Saludable y también soy miembro del Comité Asesor Mundial de Nuestra Visión, Nuestra Voz. Anteriormente, formé parte de la Junta Directiva de la Cancer Society de Dominica. Mi diario de las ENT reflexiona sobre algunos aprendizajes importantes a lo largo de mi experiencia de vida: comenzando con la incertidumbre y el miedo, y enfrentándome al estigma para encontrar finalmente mi comunidad, y convertirme en una activista.
19 Noviembre 2020
Shhh... ¡No digas nada!
"¿Lo hiciste mucho?"
Ese fue el comentario que hizo un amigo cuando le conté mi diagnóstico de cáncer de cuello uterino. Se refería a mi actividad sexual. La vergüenza que sentí tras su comentario me hizo dejar de hablar de mi diagnóstico.
El recuerdo de ese comentario se ha quedado conmigo hasta ahora.
Fueron necesarios muchos meses de ánimo por parte de una amiga para finalmente tener el valor de decir: “Mi nombre es Diana Gittens. Me diagnosticaron cáncer de cuello uterino en etapa 3B".
Lamentablemente, a lo largo de mi camino, fui tomando cada vez más conciencia del estigma que impide a las mujeres a hablar sobre su diagnóstico. Han admitido haber preferido el silencio ante las respuestas y los tratos que reciben al comentar el diagnóstico. Esto incluye a los profesionales de la salud que malinterpretan la “promiscuidad” como un factor de riesgo para el cáncer cervical, al tiempo que ponen poco o ningún énfasis en que las mujeres con una sola pareja reciban diagnóstico por esta condición. El miedo a ser juzgadas les impide compartir sus vivencias con cáncer de cuello uterino.
Después de más de ocho años de incidencia por el cáncer de cuello uterino, todavía escucho esa voz que te dice: “Shhh… ¡No digas nada! Te juzgarán”.
Sin embargo, escucho los fuertes y poderosos gritos de las mujeres que buscan información vital sobre los síntomas, el tratamiento, y me preguntan sobre el impacto del cáncer de cuello uterino en mi vida. Seguiré escuchando las experiencias asombrosas y llenas de fuerza que me susurran las mujeres demasiado tímidas para hablar, yo seré su voz.
Voy a aprovechar cada oportunidad que tenga para compartir nuestras historias en común, para aumentar la conciencia, e incentivar a las mujeres a que se hagan la prueba de detección.
¡DEBO decir ALGO!
Diarios de las ENT
Necesitamos unir nuestras voces y pedir a los gobiernos, al sector privado, y a la sociedad civil que apoyen la creación de ambientes propicios. Esto se puede lograr mediante el acceso al conocimiento y la provisión de recursos y habilidades necesarios para satisfacer las necesidades únicas de varias comunidades.
Diana Gittens, experiencia de vida con cáncer, Guyana
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